miércoles, 2 de diciembre de 2009

Situacionismo. El espectáculo del arte. La situación del arte en la sociedad de consumo

Posted by PicasaUNIVERSIDAD AUTONOMA DE BAJA CALIFORNIA

ESCUELA DE ARTES

HISTORIA DEL ARTE IV

Mtro. ROBERTO ROSIQUE

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Por Valentina Machado vale.machado@hotmail.com

Esta reflexión que hago parte del libro La sociedad del espectáculo de Guy Debord y lo que he observado en algunas exhibiciones de arte. El sentido del arte está marcado por la dirección que toma la sociedad, ya que el arte es un reflejo ineludible de la sociedad que lo produce.

El Situacionismo es una corriente ideológica y artística que aparece en los años 50. Proponían entre otras cosas el disolver los límites entre la vida y el arte. Criticaban las repercusiones que tenía la vida del hombre en la era industrializada. Guy Debord es uno de los teóricos más importante del Situacionismo y sus reflexiones tuvieron gran influencia en los movimientos estudiantiles de 1968.

Debord en su libro “La sociedad del espectáculo” evidencia los daños causados por la revolución industrial en la vida del hombre. La sociedad industrializada convirtió en maquina al hombre, quitándole la voluntad y enseñándolo, no a vivir, sino a sobrevivir. El trabajo lejos de dignificar al hombre se convirtió en la ideología más perversa, ya que al trabajador sólo le dejó unos pesos para sobrevivir y unas horas para descansar. Claro en la sociedad industrial no todo es tragedia. A la clase social con gran poder adquisitivo, las jornadas largas y la mano de obra a bajo precio, claro que si le favorecía.

La industrialización aunada al poder que los medios de comunicación adquirieron, generó nuevos mercados y nuevos productos. También generó la resignificación de productos ya existentes, uno de ellos fue el arte. El arte como objeto de consumo es muy evidente en la actualidad, pero este fenómeno se viene dando desde décadas atrás. Artistas como Warhol son evidencias del impacto que el consumismo tiene en las personas. El artista nos mostró como la sociedad consumista al adquirir sus obras, consumía representaciones de productos industrializados. Productos que la misma sociedad producía. La producción artística está encaminada hacia el consumo. Los mismos museos que se pavonean de difundir el arte, de ser instituciones que promueven la cultura para que llegue a toda la sociedad, se revuelcan en su bandera. Los museos son un negocio bastante rentable. ¿Quién no ha comprado en algún museo un souvenir de la misma institución o de alguna obra del artista expuesto? A su vez las galerías cercanas se encargan de poner a la venta, obras del artista que exhibe en el museo. También personajes como el crítico y el curador cada vez tienen más protagonismo y por ende, son mejor redituados por su trabajo. Esto del arte resulta muy rentable para quienes se dedican al arte como un negocio. El beneficio también llega al artista ya que éste se cotiza mejor si un museo de renombre exhibe su obra. El museo o la galería valida al artista. Esta situación fue aprovechada por Estados Unidos ya que la capital artística pasó de Paris a New York, validando a sus artistas mediante un espectáculo bien montado, que puso los ojos del mundo del arte en sus museos y galerías. Una exhibición de arte también es ocasión de que cierta elite social se luzca ante el flash de los reporteros de las secciones sociales y culturales de los diarios. En la exposición más exitosa, lo último en que se piensa es en el arte. Las muestras de arte se han convertido en una pasarela de moda, en un cóctel donde se reúne la elite social, buscando la oportunidad de que los fotografíen con tal o cual personaje. En una sociedad que se rige bajo la consigna de que lo que no se ve no existe, es claro que todos los miembros buscarán la manera de ser validados por algún medio.

Los artistas son los personajes principales de este espectáculo. No todos han estado de acuerdo con ello. Artistas como Duchamp y Beuys, buscaban disolver las fronteras del arte y la vida. Beuys decía que cada hombre es un artista. No diferenciaba una acción de una gran obra de arte, un objeto común tenía la potencial capacidad de convertirse en una obra. Aunque pensándolo un poco si vivimos en una sociedad espectacular y tenemos un espectáculo del arte, pues el pensamiento de unificar arte y vida, se ha logrado.

1 comentario:

  1. Encuentro Valentina en tus reflexiones una serie de conjeturas y aseveraciones que no sustentas con claridad y hace que tus preocupaciones se vean más como molestia o enojo que como reflexiones. Hay mucha razón en tus planteamientos, pero estos están de cierta manera inconexos o incompletos y no logran llevarnos al fondo de tus preocupaciones.
    Me gusta la manera en que correlacionas a Guy Debord con el mercantilismo del arte, con la imposición de los museos por las modas artísticas y el servilismo de algunos críticos y artistas, ahí hay una gran verdad; por lo que creo que deberías replantear algunos aspectos del texto, revisarlos detalladamente y publicarlos en este apartado.
    ADELANTE
    Roberto Rosique

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